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Religión

Las reglas del Cónclave

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Un proceso diseñado para asegurar un nuevo Santo Padre de consenso

Ciudad de México.- Sin prisa pero sin pausa. Para no precipitar la elección del próximo sucesor de san Pedro, y permitir que se vote con la cabeza fría y sin dejarse condicionar por el luto, las normas vaticanas establecen que antes de que inicie el cónclave deban pasar al menos quince días desde su muerte, pero que no empiece más tarde de veinte.

Ese plazo consentirá que los cardenales que viven en zonas remotas tengan margen suficiente para llegar a Roma e intercambiar impresiones sobre el futuro de la Iglesia y el perfil del nuevo pontífice.

Las reglas del cónclave se han ido mejorando a lo largo de la historia. Juan Pablo II reelaboró y unificó la legislación precedente con la constitución apostólica «Universi Dominici Gregis», que Benedicto XVI modificó en dos ocasiones. El Papa Francisco ha preferido no tocar nada.

En la actualidad sólo pueden votar los cardenales menores de 80 años, llamados técnicamente «cardenales electores». Es un colegio muy variado formado por 138 purpurados de todos los continentes. Teóricamente pueden elegir Papa a cualquier católico que reúna las condiciones para ser «obispo de Roma». En la práctica el número de candidatos se reduce a los cardenales que entran en la Capilla Sixtina para votar.

Durante el cónclave, se encerrarán en el Vaticano hasta que elijan un nuevo Pontífice. No podrán mantener contacto con el exterior, ni leer la prensa, ver la televisión, hacer o recibir llamadas, enviar correos o tuitear. Se «confinarán» en Casa Santa Marta para dormir, comer y celebrar misa. Saldrán de allí solo para recorrer 700 metros en autobús o a pie hasta la Capilla Sixtina, y nadie se les podrá acercar durante el recorrido.

‘Extra omnes’

Cuando entren en la Sixtina, apoyarán la mano sobre los evangelios y jurarán guardar secreto de las deliberaciones y respetar las reglas del cónclave. Inmediatamente después, el maestro de ceremonias pronunciará el famoso «Extra omnes», «Todos fuera», o «que no quede nadie dentro» para invitar a salir de la Sixtina a quien no sea cardenal.

Después, cerrará las puertas de la capilla, escucharán una última meditación sobre la responsabilidad que les incumbe, y dará inicio al delicado proceso de votación. Los imponentes frescos del Juicio Final trazados por Miguel Ángel les recordarán que Dios les va a pedir cuentas del nombre que escriban en su papeleta.

Las reglas son muy sencillas: el único mecanismo de elección es el voto secreto (no son válidas elecciones por proclamación o por compromisarios, como en el pasado); para ser elegido hacen falta al menos dos tercios de los votos, en este caso 92 de 138, o dos tercios más uno si no puede hacerse una división neta; y no pueden hacerse promesas electorales o pactos, ni aceptar vetos de ninguna clase, por ejemplo, por parte de gobiernos, instituciones religiosas, etnias o multinacionales.

El primer día habrá sólo un escrutinio, y en el resto de sesiones, cuatro, dos por la mañana y dos por la tarde. Si después de 34 escrutinios ningún candidato ha alcanzado los dos tercios de preferencias, se puede pasar a elegir entre los dos más votados, quienes no podrán votar, y seguirán necesitando dos tercios de los apoyos.

Es uno de los cambios establecidos por Benedicto XVI. Hasta entonces, a partir del escrutinio número 35 bastaba la mayoría simple para ser elegido Papa, lo que hacía posible elegir a un candidato sin amplio consenso. También Benedicto permitió que los cardenales adelanten la fecha de inicio del cónclave, si todos los electores están en Roma y lo aprueban de común acuerdo.

‘Fumata bianca’

La chimenea que se posicionará sobre la Capilla Sixtina informará con señales de humo sobre el resultado de las votaciones. Después del recuento, las papeletas se queman en una «estufa» y se añaden productos químicos para colorear el humo. Si es negro, significa que no hay acuerdo. Si es blanco, «fumata bianca», significa que ya ha sido elegido el pontífice. En caso de humo gris, para salir de dudas, la eventual elección será confirmada por el repique de las campanas de San Pedro.

La primera votación es la más importante pues mostrará quiénes son los dos o tres candidatos que realmente reúnen apoyos, de forma que las sucesivas votaciones van a mostrar hacia cuál de ellos se desplazan el resto de los votos. Los resultados no trascenderán hasta que sean filtrados después de la elección.

En 2019, el vaticanista Gerard O’Connell publicó en el libro «The election of Pope Francis» una reconstrucción del cónclave de marzo de 2013. Asegura que en la primera votación obtuvo 30 votos el arzobispo de Milán, Angelo Scola, seguido del de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, que logró 26; el tercero fue el prefecto de la Congregación de obispos, Marc Ouellet, que recibió 22; y el cuarto, el arzobispo de Boston Sean Patrick O’Malley, con 10.

Un día después, en la primera votación de la mañana, Bergoglio llegó a 45, Scola a 38 y Ouellet a 24; y en la segunda, Bergoglio pasó a 56, Scola a 41 y Ouellet bajó a 15. «Recibí algunos votos en el primer escrutinio, el del 12 de marzo por la tarde, y recibí muchos votos en los escrutinios de la mañana siguiente, el día 13. Pero los interpreté solo como votos de depósito. Significa que te votaban, pero que no querían elegirte a ti», confirmó en 2024 el Papa Francisco, en el libro entrevista con el corresponsal de ABC ‘El Sucesor’.

Después del almuerzo, en la primera de la tarde, Scola y Ouellet perdieron algunos votos, que pasaron a Bergoglio, aunque aún no llegaba a los 77 entonces necesarios: Bergoglio 67, Scola 32 y Ouellet 13. En el quinto escrutinio, Ouellet bajó a 8 votos, Scola a 20 y Bergoglio obtuvo 85 votos y fue elegido pontífice.

Una vez revisadas todas las papeletas y confirmado que un cardenal ha recibido más de dos tercios, quien lleve menos tiempo como cardenal saldrá de la Capilla Sixtina y avisará al maestro de ceremonias y al secretario del Colegio de cardenales. Ellos entrarán y junto al cardenal decano se acercarán al elegido y le harán dos importantes preguntas. «¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?» Si acepta, a partir de ese momento exacto se convertirá en Papa.

Entonces, le podrán hacer la segunda pregunta: «¿Con qué nombre quieres ser llamado?». Su respuesta dará la primera pista sobre las prioridades de su pontificado.

Luego, el nuevo Papa se retirará a la sacristía de la Capilla Sixtina para ponerse por primera vez la sotana blanca. Esa habitación se llama «Sala de las lágrimas», imaginando la conmoción con la que entra el nuevo sucesor de Pedro. Mientras se esté cambiando, se quemarán las papeletas, el humo blanco saldrá por la chimenea, y la noticia de la elección dará la vuelta al mundo.

Lo antes posible, el cardenal «protodiácono» de los votantes, actualmente el francés Dominique Mamberti, se asomará al balcón central de la basílica de San Pedro para pronunciar el «Habemus Papam» y revelar quién es y qué nombre ha escogido.

El nuevo Pontífice saldrá poco después a ese mismo balcón y dará su primer discurso y su primera bendición «Urbi et orbi». Lo que a partir de ese momento le espera, sólo Dios lo sabe.

Agencias

 

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Religión

Declaran santo al “influencer de Dios”

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El papa León XIV canonizó a Carlo Acutis, quien murió en 2006, durante una misa al aire libre en la Plaza de San Pedro

Ciudad de México.- El papa León XIV declaró el domingo santo a un genio de la computación de 15 años, el primer santo millennial de la Iglesia Católica, ofreciendo a la próxima generación de católicos un modelo a seguir que utilizó la tecnología para difundir la fe y se ganó el apodo de “el influencer de Dios”.

León canonizó a Carlo Acutis, quien murió en 2006, durante una misa al aire libre en la Plaza de San Pedro ante unas 80,000 personas, muchos de ellos millennials y parejas con niños pequeños. Durante la primera misa de canonización de su pontificado, León también canonizó a otra figura italiana popular que murió joven, Pier Giorgio Frassati.

León dijo que ambos hombres crearon “obras maestras” de sus vidas al dedicarlas a Dios.

“El mayor riesgo en la vida es desperdiciarla fuera del plan de Dios”, declaró León en su homilía. Los nuevos santos “son una invitación para todos nosotros, especialmente para los jóvenes, a no malgastar nuestras vidas, sino a dirigirlas hacia arriba y convertirlas en obras maestras”.

Una vida ordinaria que se volvió extraordinaria

Acutis nació el 3 de mayo de 1991 en Londres en una familia adinerada pero no particularmente católica. Regresaron a Milán poco después de su nacimiento y disfrutó de una infancia típica y feliz, aunque marcada por una devoción religiosa cada vez más intensa.

Acutis estaba particularmente interesado en la informática y devoraba libros sobre programación incluso siendo un niño. Se ganó el apodo de “el influencer de Dios” gracias a su principal legado tecnológico: un sitio web multilingüe que documenta los llamados milagros eucarísticos reconocidos por la Iglesia, un proyecto que completó en un momento en que el desarrollo de tales sitios era dominio de profesionales.

Acutis pasaba horas en oración ante la Eucaristía cada día. La jerarquía católica ha estado tratando de promover la práctica de la adoración eucarística porque, según encuestas, la mayoría de los católicos no creen que Cristo esté físicamente presente en las hostias eucarísticas.

Pero Acutis se limitaba a una hora de videojuegos a la semana, aparentemente decidiendo mucho antes de TikTok que las relaciones humanas eran mucho más importantes que las virtuales. Esa disciplina y moderación han resultado atractivas para la jerarquía católica, que ha alertado sobre los peligros de la sociedad impulsada por la tecnología de hoy.

En octubre de 2006, a los 15 años, Acutis cayó enfermo con lo que rápidamente fue diagnosticado como leucemia aguda. En cuestión de días, estaba muerto. Fue sepultado en Asís, conocida por su asociación con otro santo popular, San Francisco.

Millones acuden a la tumba de Acutis

En los años desde su muerte, jóvenes católicos han acudido por millones a Asís, donde pueden ver al joven Acutis en un féretro de vidrio, vestido con jeans, zapatillas Nike y una sudadera. Parece como si estuviera durmiendo, y han surgido preguntas sobre cómo su cuerpo se conservó tan bien, especialmente dado que partes de su corazón incluso han recorrido el mundo como reliquias.

Ambas ceremonias estaban programadas para principios de este año, pero fueron pospuestas tras la muerte del papa Francisco en abril. Francisco había impulsado fervientemente la canonización de Carlo Acutis, convencido de que la Iglesia necesitaba a alguien como él para atraer a los jóvenes católicos a la fe mientras se abordaban las promesas y peligros de la era digital.

“Es como si tal vez no pueda ser tan grande como Carlo, pero puedo estar cuidando de él y pensar, ‘¿Qué haría Carlo?'”, declaró Leo Kowalsky, un estudiante de octavo grado en una escuela de Chicago adjunta a la Parroquia del Beato Carlo Acutis.

Añadió que estaba particularmente emocionado de que su homónimo —el papa León— canonizara al patrón de su escuela. “Es como si todo estuviera mezclado en una sola cosa, así que es una alegría ser parte de ello”, indicó Kowalsky en una entrevista la semana pasada.

Gran parte de la popularidad de Acutis se debe a una campaña concertada por el Vaticano para ofrecer a la próxima generación de fieles un nuevo modelo a seguir, un “santo común” que era ordinario pero hizo cosas extraordinarias en la vida. En Acutis, encontraron un millennial experto en tecnología con el que podían identificarse —el término utilizado para describir a una persona nacida aproximadamente entre 1981 y 1996 que fue la primera generación en alcanzar la adultez en el nuevo milenio.

El Vaticano informó que 36 cardenales, 270 obispos y cientos de sacerdotes se habían inscrito para celebrar la misa junto con León, en señal del enorme atractivo de los santos tanto para la jerarquía como para los fieles comunes.

Piedad popular para la era digital

Una hora antes de la misa, la Plaza de San Pedro ya estaba llena de peregrinos, muchos de ellos jóvenes millennials italianos, muchos con niños pequeños en cochecitos.

“Aprendí de diferentes personas lo que sus profesores, sus maestros decían sobre su alegría y la luz que llevaba consigo”, declaró Leopoldo Antimi, un romano de 27 años que llegó temprano a la plaza para asegurar un lugar. “Así que para mí personalmente como italiano, incluso en las redes sociales que se usan tanto, es importante tenerlo como un influencer”.

Matthew Schmalz, profesor de estudios religiosos en el colegio Holy Cross en Worcester, Massachusetts, estimó que la canonización de Acutis extiende la tradición de la piedad popular de la Iglesia a la era digital.

“Se convierte en un emblema o modelo de cómo los católicos deben abordar y usar el mundo digital—con disciplina y con un enfoque en la espiritualidad católica tradicional que desafía el paso del tiempo”, dijo en un comunicado. “Es un nuevo santo de la simplicidad para el siempre complejo paisaje digital del catolicismo contemporáneo”.

Frassati, el otro santo que será canonizado el domingo, vivió de 1901 a 1925, cuando murió de polio. Nació en una prominente familia de Turín, pero es conocido por su devoción a servir a los pobres y realizar actos de caridad mientras difundía su fe entre sus amigos.

FUENTE: AP

 

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Religión

El papa recibe a diario 100 kilos de cartas

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Ciudad de México.- La correspondencia, que incluye cartas manuscritas, postales, felicitaciones e incluso pequeños paquetes, es procesada exclusivamente en el centro de clasificación postal del aeropuerto de Roma Fiumicino.

Los niños y los ancianos son los principales remitentes de los cerca de 100 kilos diarios de cartas, paquetes y postales que recibe el papa León XIV desde su elección el pasado 8 de mayo.

La “mayoría” de las cartas que aterrizan en Roma dirigidas al pontífice provienen de “niños y personas mayores” que forman parte de la población “analógica”, dijo Giuseppe Tersigni, uno de los responsables del centro postal del aeropuerto de Fiumicino.

La correspondencia, que incluye cartas manuscritas, postales, felicitaciones e incluso pequeños paquetes, es procesada exclusivamente en el centro de clasificación postal del aeropuerto de Roma Fiumicino, el único en toda Italia habilitado para gestionar el correo dirigido al Vaticano.

Cada día, en estas instalaciones se procesan unos 25,000 paquetes, cerca de dos millones de objetos de pequeño formato, 15,000 kilos de correspondencia de gran tamaño y alrededor de 250,000 piezas de correo registrado, distribuidas por toda la región del Lacio.

El centro opera las 24 horas del día, desde la noche del domingo hasta la mañana del sábado, con unos 950 trabajadores distribuidos en tres turnos.

En medio de ese enorme flujo postal, un segmento muy específico tiene un único destinatario: el papa.

Las cartas al pontífice provienen de todos los rincones del mundo — México, China, Brasil, Estados Unidos, América Latina, Europa, Asia — y llegan tanto de grandes ciudades como de zonas rurales, hospitales e instituciones educativas.

“Las cartas provienen de todo el mundo y por ahora no es posible determinar qué país escribe más al papa. Hoy, por ejemplo, han llegado postales desde Estados Unidos, Kosovo e India”, explicó Antonello Chidichimo, responsable del centro de clasificación de Fiumicino.

El proceso de clasificación está totalmente automatizado y comienza en una cinta mecánica que canaliza los envíos hacia recipientes especiales.

Una vez llenas, las cajas se sellan, pesan y etiquetan antes de ser cargadas en camiones que las transportan al Vaticano, en envíos que se realizan tres veces al día, con entre ocho y nueve cajas por viaje.

Correspondencia variada: postales, dibujos y oraciones

Poste Italiane asegura que la correspondencia dirigida al papa es muy variada: desde pequeños paquetes hasta simples cartas y postales decoradas con dibujos, todas ellas manejadas con especial cuidado y respeto, dada la carga simbólica y espiritual que suele acompañar estos mensajes.

Sobres de todos los colores, en distintos tipos de papel, con letras infantiles o cuidadosas caligrafías, en múltiples idiomas e incluso en otros alfabetos, todos dirigidos a “Su Santidad Papa León” y con una dirección en común: la Ciudad del Vaticano.

“No conocemos el contenido. Pero de vez en cuando vemos alguna postal o algún sobre con algún dibujo que nos hace entender que viene de parte de algún niño”, explicó el también responsable del centro, Giuseppe Tersigni.

“Todo está manuscrito y nos hemos dado cuenta de que hay muchos niños que escriben, así que una cantidad considerable de correspondencia viene precisamente de ellos”, añadió, a la vez que confirmó que también son muchos los ancianos y personas mayores que se dirigen al pontífice.

Papa Francisco de récord

La correspondencia dirigida al Vaticano se mantiene “estable” desde el cambio de Pontífice, aunque desde Poste Italiane reconocen que el papa Francisco hizo alcanzar cifras récord de recepción de cartas.
En concreto, el pontífice argentino marcó máximos históricos durante su enfermedad y convalecencia entre febrero y abril de 2025, con picos diarios de hasta 150 kilogramos de paquetes y cartas que le auguraban, entre otras cosas, una pronta recuperación.

Tras su muerte, el volumen de cartas volvió a estabilizarse, con una media actual de un “flujo diario e ininterrumpido de alrededor de 100 kilos de correspondencia procedente de todo el mundo” dirigidas a León XIV.

“Son flujos a los que estamos acostumbrados. No hemos analizado los volúmenes del predecesor respecto al actual. Digamos que, si tuviera que decirlo, en mi opinión, los volúmenes han permanecido sustancialmente iguales”, concluyó Chidichimo.

FUENTE: EFE

 

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Religión

Iglesia pide ‘no dejar a la deriva’ a los jóvenes

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Ciudad de México.- La Iglesia católica pidió no dejar a los jóvenes a la deriva y no condenarlos, por lo que llamó a tender puentes y no levantar muros, “escuchar más, juzgar menos. Abrazar sin condiciones”.
A través de su editorial “Desde la fe”, la Iglesia manifestó que “este es un grito urgente que necesita oírse en las escuelas, en las casas, en las calles, en las redes sociales, en los rincones de las ciudades y también en los vacíos del alma”.
“Porque algo grave está pasando: hay muchos jóvenes que caminan con el corazón herido, con la mirada baja, con la esperanza fracturada. Y como sociedad no podemos seguir de largo”, agregó.
En ese sentido, indicó que, “aunque adultos y jóvenes hablemos idiomas diferentes, el amor puede ser ese lenguaje común que lo une, lo entiende y lo repara todo. No se trata solo de acompañar con palabras, sino de estar. De mirar a los ojos. De no dar la espalda. De no tener miedo a las preguntas difíciles. De ser comunidad”.
Aunado a ello, señaló que, “a veces, en medio del ruido del mundo y del silencio de los otros, parece que nadie escucha. Que a nadie le importa. Que estamos solos. Pero no es así”.
“Lo decimos fuerte y claro, sobre todo a ti, joven que estás cansado, que te sientes perdido, que no encuentras tu lugar: no estás solo”, añadió.
“Hoy más que nunca, hay que decirlo con alegría, con coraje y con fe: ¡Que vivan los jóvenes!”, concluyó.

Agencias

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