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Investigación

Las hormigas baten a los humanos resolviendo problemas en grupo

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Para permitir una comparación entre dos especies tan dispares, el equipo de investigación creó una versión real del “rompecabezas de los pianos”

Ciudad de México.- Las hormigas han demostrado ser superiores a los seres humanos en un experimento de laberinto para resolver problemas en grupo, en concreto para transportar grandes cargas que superan con creces sus propias dimensiones.

Investigadores del Instituto Weizmann de Ciencias han estudiado cuál de las dos especies se desempeña mejor en esta tarea y publica sorprendentes resultados en la revista ‘PNAS’. “Hemos demostrado que las hormigas que actúan en grupo son más inteligentes, que para ellas el todo es mayor que la suma de sus partes. Por el contrario, formar grupos no amplía las capacidades cognitivas de los humanos”, explica en un comunicado el profesor Ofer Feinerman, autor principal.

Para permitir una comparación entre dos especies tan dispares, el equipo de investigación creó una versión real del “rompecabezas de los pianos”, un problema computacional clásico de los campos de la planificación del movimiento y la robótica que se ocupa de posibles formas de moverse. Un objeto de forma inusual (por ejemplo, un piano) desde el punto A al punto B en un entorno complejo. En lugar de un piano, a los participantes se les entregó un gran objeto en forma de T que debían maniobrar a través de un espacio rectangular dividido en tres cámaras conectadas por dos estrechas rendijas.

Los investigadores crearon dos conjuntos de laberintos que diferían sólo en tamaño, para igualar las dimensiones de las hormigas y los humanos, así como grupos de diferentes tamaños. Reclutar a los participantes del estudio fue más fácil en el caso de los humanos, que se ofrecieron como voluntarios simplemente porque se les pidió que participaran y probablemente porque les gustaba la idea de una competencia.

Las hormigas, por el contrario, están lejos de ser competitivas. Se unieron porque fueron engañados haciéndoles pensar que la carga pesada era un bocado comestible jugoso que estaban transportando a su nido. Las hormigas elegidas para competir contra el ‘Homo sapiens’ fueron ‘Paratrechina longicornis’. Se les llama así por sus largas antenas, aunque a veces se las llama “hormigas locas” por su tendencia a correr. Esta conocida especie de hormiga negra, de unos 3 mm de largo, es común en todo el mundo.

Reto del laberinto

En Israel son especialmente frecuentes a lo largo de la costa y en el sur del país. Las hormigas abordaron el desafío del laberinto en tres combinaciones: una sola hormiga, un pequeño grupo de unas siete hormigas y un grupo grande de unas 80. Los humanos manejaron la tarea en tres combinaciones paralelas: una sola persona, un pequeño grupo de seis a nueve individuos y un grupo numeroso de 26.

Para que la comparación fuera lo más significativa posible, en algunos casos se ordenó a grupos de humanos que evitaran comunicarse mediante el habla o los gestos, incluso usando máscaras quirúrgicas y gafas de sol para ocultar la boca y los ojos. Además, a los participantes humanos se les pidió que sujetaran la carga sólo por los mangos que simulaban la forma en que la sostienen las hormigas. Las manijas contenían medidores que medían la fuerza de tracción aplicada por cada persona durante el intento.

Los investigadores repitieron el experimento numerosas veces para cada combinación, luego analizaron meticulosamente los videos y todos los datos de seguimiento avanzados mientras utilizaban simulaciones por computadora y varios modelos físicos. Como era de esperar, las capacidades cognitivas de los humanos les dieron una ventaja en el desafío individual, en el que recurrieron a una planificación estratégica calculada, superando fácilmente a las hormigas.

Sin embargo, en el desafío grupal el panorama fue completamente diferente, especialmente para los grupos más grandes. Los grupos de hormigas no sólo se desempeñaron mejor que las hormigas individuales, sino que en algunos casos lo hicieron mejor que los humanos. Grupos de hormigas actuaron juntas de manera calculada y estratégica, exhibiendo una memoria colectiva que les ayudó a persistir en una dirección particular de movimiento y evitar errores repetidos. Los humanos, por el contrario, no lograron mejorar significativamente su desempeño cuando actuaban en grupo. Cuando la comunicación entre los miembros del grupo se restringió para parecerse a la de las hormigas, su rendimiento incluso disminuyó en comparación con el de los individuos. Tendían a optar por soluciones “codiciosas”, que parecían atractivas a corto plazo pero no beneficiosas a largo plazo y, según los investigadores, optaban por el mínimo común denominador.

“Una colonia de hormigas es en realidad una familia”, dice Feinerman. “Todas las hormigas del nido son hermanas y tienen intereses comunes. Es una sociedad muy unida en la que la cooperación supera con creces la competencia. Por eso a veces se hace referencia a una colonia de hormigas como un superorganismo, una especie de cuerpo vivo compuesto de múltiples células que cooperan entre sí.

“Nuestros hallazgos validan esta visión. Hemos demostrado que las hormigas que actúan en grupo son más inteligentes, que para ellas el todo es mayor que la suma de sus partes. Por el contrario, formar grupos no amplía las capacidades cognitivas de los humanos. La sabiduría de la multitud, que se ha vuelto tan popular en la era de las redes sociales, no pasó a primer plano en nuestros experimentos”,puntualizó Feinerman.

Agencias

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Investigación

¿Ser siempre puntual o siempre llegar tarde?

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Pueden revelar rasgos de personalidad, mecanismos de defensa o conflictos internos

Ciudad de México.- Detrás de un gesto tan cotidiano como llegar a la hora acordada puede esconderse mucho más de lo que parece. La psicología analiza la puntualidad no solo como un hábito socialmente valorado, sino como un reflejo de la manera en que cada persona gestiona el tiempo, las emociones y la relación con los demás.

Tanto quienes se adelantan de forma sistemática como quienes acostumbran a retrasarse transmiten mensajes inconscientes sobre su carácter y sus conflictos internos. Ser puntual en exceso puede ser un reflejo de autocontrol y responsabilidad, pero también de ansiedad o de una necesidad de tener todo bajo control. En el otro extremo, la impuntualidad crónica puede ser una forma encubierta de rebeldía, resentimiento o incluso un mecanismo de autoengaño.
Llegar temprano o tarde: las claves desde la psicología
Un artículo de la BBC recoge la visión de la experta en gestión del tiempo Diana DeLonzor, quien asegura que quienes se adelantan siempre a la hora marcada buscan reducir la incertidumbre: “planificar con antelación les permite sentirse preparados para cualquier eventualidad”.

El psicólogo Oliver Burkeman, también citado en el mismo medio, añade que esta costumbre puede vincularse al deseo de agradar a los demás o a la intolerancia hacia la impuntualidad ajena, que suele interpretarse como una falta de respeto. Ambos coinciden en que llegar demasiado pronto puede ser positivo en términos de organización, pero también puede esconder inseguridad y miedo al error.

Por el contrario, la psicóloga Julie Jarett Marcuse, en un artículo para Psychology Today, analiza el significado de la impuntualidad repetida. En uno de sus casos clínicos, explica cómo una paciente llegaba tarde como una forma de resistencia pasiva frente a la autoridad de su jefe: “Su protesta se manifestó en impuntualidades crónicas”. Marcuse sostiene que la tardanza es a menudo una expresión de resentimiento y una lucha de poder enmascarada, aunque al mismo tiempo puede ser fuente de ansiedad y miedo a perder la aprobación. Para ella, la puntualidad es una muestra de consideración hacia los demás y, cuando se incumple, revela conflictos internos más profundos.

En una línea similar, el psiquiatra Neel Burton expone Psychology Today que llegar tarde puede ser interpretado como un comportamiento pasivo-agresivo, un modo de expresar ira sin enfrentamiento directo.

En su opinión, también puede reflejar autoengaño: alguien que se siente inferior puede retrasarse para llamar la atención y demostrar control sobre una situación. Burton señala que, en ciertos casos, la tardanza se convierte en una declaración encubierta de “soy más importante que tú”. Sin embargo, matiza que no siempre es algo negativo: en ocasiones, llegar tarde es la señal de que el inconsciente intenta avisar de que esa reunión o compromiso no es la mejor inversión de tiempo.

Agencias

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Investigación

¿Quieres dejar el alcohol?

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Estos alimentos pueden ser tu mejor medicina

 Ciudad de México.- Durante años se nos ha repetido que una copa de vino al día podía ser “saludable”. Hoy la evidencia científica es clara: no existe una cantidad segura de alcohol, y sus efectos van mucho más allá del hígado. Desde aumentar el riesgo de cáncer hasta alterar hormonas, perjudicar a nuestra digestión, pero también a nuestra salud mental.
Y es que el alcohol puede estar frenando tu bienestar más de lo que imaginas. ¿La buena noticia? Cambiar tu relación con la comida y tu estilo de vida puede ayudarte a reducir (o incluso dejar) el consumo sin esfuerzo, según defiende Brooke Scheller, doctora en Nutrición Clínica y fundadora de Sobriedad funcional, un programa basado en nutrición para reducir el consumo de alcohol.
De hecho, esta experta recuerda que, según muchas guías de salud, entre 1 y 2 copas al día se considera un consumo de bajo riesgo; si bien advierte de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció en 2022 que no existe una cantidad segura de alcohol.
“En última instancia, se trata de una experiencia muy personal sobre qué significa demasiado.
Algunas personas no sienten impacto con niveles bajos de alcohol, mientras que quienes beben más cantidad pueden empezar a tener problemas de salud”, avisa esta experta en nutrición.
POR QUÉ HASTA UNA SOLA COPA PUEDE DAÑAR TU CUERPO
Recuerda en este sentido que el alcohol ha sido pasado por alto como causa de muchos problemas de salud en nuestra sociedad, aunque ya está reconocido como ‘carcinógeno’, y se sabe que aumenta el riesgo de 7 tipos diferentes de cáncer, incluso si su consumo tiene lugar en
bajas dosis.
“Pero, además, puede alterar todo el organismo: provoca inflamación, problemas cardiovasculares, digestivos, desequilibrios hormonales, infertilidad y más. A menudo se les dice a los pacientes: si tienes un problema de salud o un objetivo de bienestar, probablemente el alcohol te esté impidiendo alcanzarlo”.
CAMBIAR NUESTRA NUTRICIÓN PUEDE REDUCIR EL CONSUMO
En este sentido, Scheller cuenta su experiencia en ‘Cómo comer para cambiar tu forma de beber’ (Alienta Editorial), tras dejar de beber en 2021, momento en el que empezó a ayudar a otros a cambiar su relación con el alcohol usando como base la nutrición.y la medicina funcional.
“Muchas personas no se dan cuenta del papel que juega la nutrición en cómo nos sentimos.
Cuando nos faltan nutrientes, o tenemos desregulación de la glucosa en sangre, podemos sentirnos fatigados, deprimidos, ansiosos, irritables, o incapaces de relajarnos. Precisamente, por eso, usamos a menudo el alcohol: como una herramienta para sobrellevar el malestar. Si restauramos los niveles adecuados de nutrientes, regulamos la glucosa, mejoramos la microbiota intestinal, e incluso equilibramos las hormonas, la necesidad de recurrir al alcohol como apoyo disminuye notablemente”, agrega.
CONSEJOS PARA REDUCIR EL CONSUMO DE ALCOHOL
Con todo ello, esta doctora en Nutrición Clínica reconoce que puede ser un “gran desafío” el dejar o reducir el consumo de alcohol, si bien defiende que si se decide no beber “es una decisión que empodera”, especialmente si se deja este hábito mientras los demás sí lo hacen. “No es una debilidad, es una fortaleza”, añade.
Algunos consejos prácticos que recomienda en este sentido son los siguientes:
. Incluye proteína en cada comida y tentempié: ayuda a regular la glucosa y a minimizar los antojos.
. Si sientes deseo de beber por la tarde puede que simplemente tengas hambre, por lo que prueba con un snack proteico entre las 15 horas y las 17 horas.
. Incorpora alimentos que cuidan el cerebro y el estado de ánimo, como pescado salvaje, frutos rojos, nueces, semillas de chía, verduras de hoja verde, remolacha y brócoli, ya que ayudan a reponer los nutrientes que el alcohol agota.

Agencias

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Investigación

Qué significa hablar mientras estás dormido

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En el ámbito médico se le conoce como somniloquia y se clasifican dentro de las parasomnias, un grupo de comportamientos anómalos que suceden durante el sueño

Ciudad de México.- Hablar dormido no es algo tan inusual. Algunos estudios señalan que hasta dos tercios de la población lo han hecho como mínimo una vez en la vida. En el ámbito médico se le conoce como somniloquia y se clasifican dentro de las parasomnias, un grupo de comportamientos anómalos que suceden durante el sueño.

Se diferencia de otras parasomnias porque pueden darse tanto en el sueño REM como en el no REM, mientras que las demás se manifiestan en fases específicas del sueño. Indican que hablar en sueños es más común en la infancia y suele disminuir a medida que se crece, sin haber diferencias entre hombres y mujeres. Este trastorno del sueño puede darse de distintas maneras, según la Clínica Cleveland. Puede ser hablar en susurros, en volumen normal, gritar palabras completas o respuestas, pronunciar frases completas o mantener conversaciones o hablar de forma confusa con gruñidos.

Un estudio lingüístico decidió grabar a personas hablando dormidas. La mitad de ellas decían cosas que no se podían comprender al ser susurros o sonidos apagados, y la otra mitad sí que seguían pautas de una conversación normal. La gran mayoría de veces, estos episodios son breves y las personas no los recuerdan al despertarse.

Hablar en sueños no tiene por qué ser un motivo de preocupación aunque la ciencia no tiene una explicación para ello. Se ha asociado con un componente genético y a otros trastornos como el sonambulismo, el bruxismo o las pesadillas.
Otros factores que pueden generar hablar en sueños son la descompensación horaria, la privación del sueño, la apnea del sueño, la ansiedad y estrés o el abuso de alcohol y sustancias. No supone un peligro para la salud pero este ruido en mitad de la noche puede cortar el sueño y generar insomnio.

También puede molestar con la persona con la que se duerma, generando estrés. Puede ser tomado como un indicador de que se tiene un trastorno de sueño más complejo.

Agencias

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