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Ciencia

¿El avión huele a pies?

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La respuesta puede estar en este síndrome y no en un pasajero poco higiénico

El síndrome aerotóxico puede tener síntomas respiratorios, como tos, y también neurológicos, como mareos o falta de concentración

Ciudad de Mèxico.- ¿Alguna vez has estado en un avión y te ha llegado un desagradable olor a pies o calcetines sucios? Aunque pueda parecer mentira, esto no siempre es culpa de un vecino de viaje y la respuesta puede estar en un síndrome. Concretamente, se trata del síndrome aerotóxico, que puede conllevar importantes consecuencias como asma o déficit de concentración. Jordi Roig, experto español sobre este tema, explica que consiste en la aparición de síntomas o signos causados por la exposición dentro de la cabina de los aviones a sustancias químicas potencialmente tóxicas que provenir de varias fuentes.

“La ventilación está constituida por un 50% de aire que proviene del exterior y un 50% es aire que proviene del alrededor del motor del avión. Esta combustión de sustancias de gas de petróleo con otra de aceite en los motores, son necesarias, pero pueden presentar pequeñas fugas, que pasan al interior de este aire. En definitiva, puede transportar sustancias potencialmente tóxicas al interior de la cabina. Es lo que respiramos los pasajeros y, sobre todo, la tripulación”, relata el especialista en Neumología.

Principalmente, el síndrome aerotóxico presenta dos variantes de síntomas. Los neurológicos suelen manifestarse como mareos o falta de concentración, lo que conlleva un riesgo importante para los pilotos; mientras que los respiratorios son más de tipo irritante y más agudos. “Se puede producir dos tipos de fenómenos: uno serían los de humo, que es un vapor que asusta a todo el mundo, y otros serían olores, que los pasajeros identifican como pies o a calcetines sucios. A veces pensamos que tenemos un vecino poco higiénico y en general no es así, son emanaciones que proceden del motor y eso la mayoría de la población no lo sabe”, añade este facultativo de la Clínica Creu Blanca de Barcelona sobre los síntomas agudos o pasajeros.

Síntomas crónicos

Estos signos pueden variar o agravarse en personas que de manera frecuente pasan mucho tiempo en este tipo de transporte, como pueden ser los viajeros frecuentes o el personal de tripulación, y pasan a ser síntomas crónicos. Estos, de entrada, no son tan aparatosos, pero pueden llegar a provocar déficit de capacidad intelectual o indicios muy parecidos a un asma bronquial.

Tal es la relevancia que incluso en países como Francia o Inglaterra la justicia ha dictado sentencias donde se reconoce el síndrome aerotóxico como una enfermedad laboral. El síndrome aerotóxico puede agravarse en viajeros frecuentes o en la tripulación; puede llegar a provocar déficit de capacidad intelectual.

En cuanto a patologías respiratorias, en principio, es una situación “más controlable”, aunque hay personas que padecen tos crónica durante años. Además, el médico ahonda en el conocido como síndrome de sensibilidad química múltiple. “Estoy convencido de que existe, pues he visto pilotos con este síntoma, que por exposición a sustancias mínimamente irritantes presentan tos. Nadie encuentra la solución y esta sería la forma más crónica a nivel respiratorio del síndrome aerotóxico”, concreta. A nivel neurológico “todavía es peor”, pues hay personas que han llegado a estar invalidadas con síntomas de déficit neurológico, tanto sensorial como motor. Se trata de casos raros, pero “muy bien descritos” en la literatura.

Consenso internacional con doble conclusión

En junio de 2023, un conjunto de expertos internacionales publicaron el primer protocolo internacional sobre este síndrome. Entre los autores se encontraba Roig, quien resume este documento en dos conclusiones principales. En primer lugar, es necesario que esta enfermedad quede bien reconocida, pues cuando los pasajeros se encuentran mal, acuden a consulta y los facultativos no saben de qué hablan.

“Todo el mundo piensa cuando tienes algún síntoma respiratorio al salir de un avión que ha habido alguna infección. Los médicos de emergencias, en general, no saben lo que es”, asegura.

Además, el foco también se ha de poner en adoptar medidas preventivas para evitar el mayor número de casos posibles. Roig reconoce que es una cuestión complicada, pues obligaría a instalar en todos y cada uno de los aviones una serie de sensores que permitan detectar de forma rutinaria, y no puntual, la posible aparición de sustancias químicas tóxicas, ya sean provenientes del motor o de otro lugar.

“Si no hay ningún sensor que detecte lo que pasa, ahí nadie sabe lo que ocurre. Todo eso queda en el limbo”, resume. En este punto también hay que tener en cuenta que hay cierta “oposición o resistencia” por parte de la industria aérea a instalarlos, pues son aparatos “extraordinariamente caros”. Otra opción para evitarlo sería que la aviación en el futuro se desarrollase conforme a sistemas eléctricos. Esto es “lo ideal” y ya se cuenta con algún modelo. A fin de cuentas, la manera de subsanar o evitar este síndrome, que se estudia desde hace unos 25 años, implica acciones por parte de muchos profesionales, desde los propios sanitarios, hasta la industria aérea.

Agencias

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Ciencia

¿Llevas tu teléfono al baño? La ciencia tiene malas noticias

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Un reciente estudio revela una preocupante conexión: el uso del smartphone en el baño incrementa en un 46 % el riesgo de desarrollar hemorroides debido al tiempo prolongado en posición sentada

Ciudad de México.- El baño se ha convertido en el nuevo refugio digital. En Alemania, el 54 % de los adultos usa el smartphone mientras está sentado en el retrete, según una encuesta de YouGov. Entre los jóvenes de 25 a 34 años, la cifra alcanza el 80 %.

Lo que comienza como una consulta rápida de redes sociales o aplicaciones se extiende más de lo planeado. Casi la mitad de los usuarios (48 %) se ha sorprendido por lo rápido que pasa el tiempo con el celular en el baño.

Conexión entre móviles y problemas de salud
Pero esta costumbre tiene un precio: pasar demasiado tiempo sentado en el inodoro puede favorecer el desarrollo de hemorroides, advierten los expertos médicos. La causa: la presión elevada persistente sobre los vasos sanguíneos en el área del ano debido a la posición sentada y la relajación del suelo pélvico.

Un estudio reciente de la Harvard Medical School respalda esta preocupación. La investigación, publicada en la revista PLOS One por el equipo de Trisha Pasricha, analizó a 125 adultos y encontró una correlación alarmante: quienes usaban celular en el baño presentaban un 46 % mayor riesgo de hemorroides que quienes no lo hacían.

Los datos son reveladores: del 66 % de participantes que usaba el móvil en el baño, el 37 % permanecía más de cinco minutos por visita. En contraste, entre quienes no usaban el dispositivo, solo el 7 % se demoraba ese tiempo.

Tras ajustar por edad, sexo, índice de masa corporal, actividad física, esfuerzo durante la defecación y consumo de fibra, el análisis estadístico reveló la asociación significativa con las hemorroides.

Tiempo prolongado sentado: el factor clave según la ciencia
El factor clave es el tiempo, no el esfuerzo. Contrario a las creencias médicas tradicionales que asociaban las hemorroides principalmente con el estreñimiento y el esfuerzo durante la defecación, este estudio no encontró diferencias significativas en estos factores entre usuarios y no usuarios de móviles. El culpable principal es la posición prolongada en el inodoro sin soporte pélvico, que aumenta desproporcionadamente la presión en los cojines hemorroidales.

La actividad más común entre los usuarios era leer noticias (54 %), seguida de navegar en redes sociales (44 %). Paradójicamente, solo el 35 % de los usuarios reconocía que su teléfonos les hacía pasar más tiempo en el baño, sugiriendo una falta de conciencia sobre este comportamiento.

“El estudio respalda el consejo general de dejar los smartphones fuera del baño y tratar de no sentarse más de unos pocos minutos en el baño”, explicó Pasricha. “Si toma más tiempo, pregúntese por qué. ¿Fue porque la defecación realmente fue tan difícil, o porque mi atención estaba en otra parte?”. Ponerse un temporizador podría ayudar.

La encuesta de YouGov mostró que el 80 % de los jóvenes alemanes entre 25 y 34 años utilizó el móvil mientras estaba en el retrete.La encuesta de YouGov mostró que el 80 % de los jóvenes alemanes entre 25 y 34 años utilizó el móvil mientras estaba en el retrete.

Sin embargo, el gastroenterólogo alemán Ulrich Tappe cuestiona la validez del estudio. Según Tappe, la colonoscopia tiene limitaciones para diagnosticar hemorroides con precisión, y la investigación no considera de manera adecuada la influencia de otros factores determinantes.

Las hemorroides agrandadas surgen además durante periodos más largos; por eso sería necesario un estudio a largo plazo, no una mera instantánea. “Metodológicamente esto es simplemente débil”, aseguró.

Todas las personas tienen hemorroides de forma natural: son estructuras vasculares ubicadas en el canal anal que, junto con los músculos del esfínter, ayudan a mantener la continencia. El problema surge cuando se agrandan permanentemente, causando dolor, picazón y sangrado.

Las hemorroides problemáticas suelen originarse por estreñimiento crónico que obliga a hacer esfuerzo excesivo durante la defecación. Este estreñimiento, según explica Tappe, puede deberse a múltiples factores: sedentarismo, dieta baja en fibra y sobrepeso, entre otros.

Higiene del smartphone: un riesgo subestimado en el baño
Más allá de las hemorroides, existe otra preocupación: la higiene. Muchas personas sienten repulsión al pensar en usar móviles en el baño, y con razón. La encuesta de YouGov revela que solo el 39 % de los usuarios limpia su dispositivo después de ir al baño, siendo las mujeres más cuidadosas que los hombres (44 % versus 33 %).

“La flora del móvil refleja la flora de la mano del propietario”, dice Markus Egert de la Universidad de Furtwangen. Así como las manos, el smartphone también debería limpiarse después de ir al baño, por ejemplo, con una toallita limpiadora de gafas con alcohol, explica el microbiólogo.

Los móviles no son básicamente un buen espacio vital para los gérmenes, pero gérmenes fecales capaces de reproducirse podrían quedarse adheridos.

Los expertos también tienen un consejo para aquellas personas a las que les cuesta renunciar al cuarto de baño como valioso refugio para descansos breves: simplemente siéntese en la tapa del inodoro cerrada.

FUENTE: dpa, Study Finds, PLOS One

 

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Ciencia

Qué es lo mejor para la cruda

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Ciudad de México.– Los fines de semana y días previos a una fiesta son muchos los que se acercan a una oficina de farmacia en busca de un preparado, ahora de moda, frente a la temida resaca del día siguiente, que contienen ingredientes como plantas medicinales, vitaminas, y minerales para ayudar en la recuperación post fiesta.
Y es que, actualmente, en una farmacia puedes encontrar varios productos para ayudar a aliviar los síntomas de la resaca. Desde analgésicos, como el ibuprofeno o el ácido acetilsalicílico, hasta soluciones rehidratantes, y complementos alimenticios formulados para contrarrestar los efectos del alcohol.
Para saber un poco hasta qué punto este tipo de productos o soluciones pueden servirnos para nuestra resaca charlamos con Pablo García, un farmacéutico malagueño, que ha publicado ‘El frío no resfría’ de Grijalbo, así como divulgador en redes sociales conocido como ‘@medicadoo’.
Recuerda que una resaca tras un consumo excesivo de alcohol le sucede al 80% de la población al menos un día al año, enumerando sus principales síntomas:
– Malestar general y sensación de mareo.
– Cefalea o dolor de cabeza.
– Náuseas, malestar gastrointestinal y boca seca.
– Hiperexcitabilidad, ansiedad y sudores.
“La intensidad de los mismos dependerá de la cantidad y del tipo de alcohol que se haya bebido; aunque también de si se había comido algo previamente, de si aumentó la actividad física durante el consumo de alcohol, o el hecho de estar en buen o mal estado físico”, remarca.
UNA DE LAS RESPONSABLES DE LA RESACA: LA DESHIDRATACIÓN
A su vez, indica en el libro que la deshidratación es la principal responsable de estos síntomas, ya que provoca sed, cansancio, y dolor de cabeza principalmente: “Cuando ingerimos altos niveles del alcohol se reducen los niveles de vasopresina (una hormona antidiurética), lo que produce un aumento de la micción y la pérdida de agua”.
Igualmente, mantiene que no todos los alcoholes son iguales y que existen unos compuestos llamados ‘congéneres’, que se generan durante la fermentación y añejamiento del alcohol, y que son los responsables del sabor y del aroma, como el acetaldehído, el metanol, o el etilenglicol, que aparecen en las bebidas de color oscuro como el vino o el whisky. “Se sabe que a mayor proporción de estos, mayor es la resaca”, precisa.
LA VITAMINA B NO ES LO MEJOR PARA LA RESACA
Con ello, Pablo García rechaza uno de los principales mitos que ronda sobre las soluciones mágicas para la resaca, remarcando que “ninguna vitamina, ni siquiera del grupo B, te da superpoderes antirresaca, ni mejora la tolerancia al alcohol”.
“No es cierto, no tiene base ninguna. Viene de los protocolos de atención a las personas con comas etílico, o intoxicación aguda de alcohol, y es que entre los múltiples pasos que hay que seguir se incluye la administración de un suero glucosado con vitaminas del grupo B, concretamente la B1 y la B6”, subraya este farmacéutico.
Es más, advierte de que hoy en día hay muchos complementos frente a la resaca y sustancias que se ha investigado para mejorar la resaca, si bien insiste en que “no hay nada concluyente ni milagroso, sino que el único remedio es el consumo moderado de alcohol”.
Sí reconoce que puede venir bien en estos casos la hidratación, beber mucha agua, “pero no hay sustancias milagrosas”.
Agencias

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Ciencia

¿Qué es mejor para reducir el azúcar en sangre?

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Una prueba comparó sentadillas simples con sesiones de caminata de diferente duración para ver cuál reduce los picos de azúcar después de las comidas

Ciudad de México.- Seguro que lo has oído: pasar horas sentado es tan nocivo como fumar un cigarro diario. Muchas personas pasan la jornada encadenadas al escritorio, lo que dispara una serie de problemas de salud como los famosos picos de glucosa tras las comidas. Pero, ¿y si la clave para atajar esas subidas fuera más simple de lo que creemos, y encima pudiera integrarse en la rutina laboral sin sudar ni cambiarse de ropa? Pues la respuesta existe y termina con un debate muy común: ¿Es mejor hacer sentadillas o caminar para este fin?

Si te han dicho que necesitas controlar tus niveles de azúcar en sangre, el ejercicio, combinado con una dieta saludable, es uno de los mejores puntos de partida. Un nuevo estudio ha comparado los beneficios de las sentadillas con los de caminar, y los resultados podrían sorprenderte. Un candidato quizá inesperado. Vamos al grano: hacer tan solo diez sentadillas cada hora podría mejorar drásticamente la salud. Parece demasiado simple pero según los expertos, podría ser uno de los hábitos más poderosos que puedes desarrollar, especialmente si pasas la mayor parte del día sentado. Y no, no es mejor que caminar. Los investigadores contaron con 18 jóvenes a los que sometieron a cuatro pruebas físicas de un solo día que incluyeron estar sentados por un tiempo prolongado, un paseo de media hora, minicaminatas de tres minutos cada cuarenta y cinco minutos o diez sentadillas rápidas en el mismo horario. ¿Resultados? Las sentadillas y las minicaminatas rápidas redujeron drásticamente los picos de azúcar posprandial en un 21 %, en comparación con estar sentados sin parar. Parece que cuando se trata del control de la glucemia, la activación muscular y el ritmo parecen ser más importantes que la cantidad total de pasos o las sesiones de ejercicio prolongadas.

¿Y por qué destacan más las sentadillas?
La clave está en activar los músculos grandes: las sentadillas intensas reclutan cuádriceps y glúteos que es donde se encuentran las mayores reservas de glucógeno del cuerpo. Los investigadores hallaron que una mayor amplitud electromiográfica en estos músculos se traduce en menores subidas de glucosa, ya que cuantas más fibras se contraen, más azúcar extraen de la sangre. Al trabajarlos incluso en breves sesiones durante la jornada, se agotan sus reservas de glucógeno y, al reponerse con la insulina, se atenúan eficazmente los picos de azúcar tras las comidas.

“Solo un aumento de la aEMG -electromiografía de superficie del cuádriceps- en los cuádriceps y los glúteos se asoció con una reducción de la respuesta glucémica posprandial”, señalaron los autores en su trabajo publicado en la revista Scandinavian Journal of Medicine & Science in Sports. Un mayor número de fibras musculares comprimiéndose simultáneamente parece extraer el exceso de azúcar de la circulación; de ahí que dedicar parte del tiempo a movimientos intensos proporcione a los músculos un estímulo periódico sin necesidad de usar ropa deportiva.

Y por supuesto que las caminatas también son positivas (pero solo si son cortas y frecuentes, no largas y exclusivas). Pequeños paseos parecen despertar los músculos de las piernas repetidamente, manteniendo abiertas las vías de eliminación de azúcar durante todo el día, aunque las sentadillas se alzaron como claro ganador. Parece que el cuerpo valora más los esfuerzos frecuentes que un solo esfuerzo titánico, algo que coincide con estudios anteriores donde el movimiento cada hora reducía los picos de colesterol e insulina. Al realizar una sentadilla, activas los glúteos, cuádriceps, pantorrillas, isquiotibiales y la zona central del cuerpo. Añadir sentadillas al entrenamiento puede ayudarnos a mejorar no solo nuestro rendimiento, sino también a reducir el riesgo de lesiones y fortalecer nuestro organismo.

En resumen: haz 10 sentadillas cada 45 minutos y tu cuerpo lo agradecerá. La clave está en romper el sedentarismo con frecuencia y ejercitar los grandes grupos musculares -cuádriceps y glúteos- con suficiente intensidad como para notarlos en acción. Recuerda que 10 sentadillas profundas te pueden llevar aproximadamente 20 segundos y no requieren de ningún equipo. Si pones una alarma para que suene cada 45 minutos, podrás practicarlo hasta en la oficina.

Agencias

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