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Investigación

Aguas con estos 7 hábitos de higiene

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Hurgarse la nariz, llevar zapatos en casa o estornudar en la mano ponen en peligro tu salud

También debemos evitar introducir objetos en los oídos o limpiarnos las uñas con objetos extraños

Ciudad de México.- Una de las claves para mantener un buen estado de salud es la higiene. Por eso, es importante extremar el cuidado en nuestro día a día, aun con los gestos que a priori pueden ser más inocentes.

“Aunque aparentemente son inocuos, pueden tener consecuencias graves”, explica la farmacéutica Debbie Grayson a The Sun. Estas son algunas de esas prácticas peligrosas.

Hurgarse la nariz

El gesto de hurgarse en la nariz, típico de niños (y no tan niños), conlleva sus peligros: “La piel del interior de la nariz es delicada y tiene un gran suministro de vasos sanguíneos que se encuentran cerca de la superficie”, dice Grayson.

Hurgarse la nariz con frecuencia puede dañar la piel y los vasos sanguíneos, además de aumentar el riesgo de hemorragia nasal. Además, tus dedos transportan gérmenes y, cuando te hurgas la nariz, transfieres esos gérmenes a tus fosas nasales.

Esto puede provocar infecciones bacterianas como vestibulitis nasal, una infección de la piel alrededor de las fosas nasales o afecciones más graves como infecciones de los senos paranasales.

Y al revés: tocar otras superficies o incluso la boca y los ojos después de hurgarse la nariz puede propagar virus o bacterias, lo que aumenta el riesgo de enfermedades como el resfriado o la gripe.

Estornudar en la mano

“Estornudar en las manos puede no atrapar todas las gotitas; algunas pueden pasar entre los dedos porque las bacterias y los virus son diminutos”, dice Debbie Grayson.

Las manos son una de las principales vías de propagación de gérmenes, por lo que, al estornudar sobre ellas, transfieres virus o bacterias (como los de un resfriado, una gripe o incluso la covid-19) directamente a las palmas.

Estornudar en las manos puede contaminar superficies comunes como pomos de puertas, teléfonos o teclados. Esto crea un ciclo de contaminación cruzada, poniendo a otros en riesgo de contraer esos gérmenes.

Llevar zapatos en casa

En muchos países del norte de Europa y Asia, es costumbre quitarse los zapatos para entrar en casa, aun en viviendas ajenas. Pero en México no es así, pese a que llevar el calzado de exterior en casa es una práctica poco recomendable.

Los zapatos puedan recoger una gran variedad de bacterias, gérmenes y otras sustancias desagradables de las superficies sobre las que caminamos.

Entre las bacterias que podemos meter en casa está la E. coli, que puede causar infecciones en el intestino, así como la bacteria Clostridium difficile, que puede recogerse de los suelos de los baños y provocar diarrea, además de parásitos de las heces y pesticidas que podemos encontrar en cualquier ciudad.

“Si estos entran en tu cuerpo, puedes terminar sufriendo náuseas, vómitos y diarrea severa”, agrega Grayson.

Poner bolsas en las superficies

Llegamos del supermercado y colocamos las bolsas de la compra en la mesa del comedor o la encimera: error. Estas bolsas pueden haber estado en contacto con gérmenes y otras sustancias y transferirse a las superficies. Esto también ocurre con bolsos o mochilas.

Si posamos bolsas de la compra o bolsos en la mesa del comedor o en la cocina, es importante limpiar muy bien la superficie antes de comer o cocinar sobre ella.

Hurgarse en los oídos

Usar los dedos o incluso hisopos de algodón para limpiarse los oídos puede aumentar el riesgo de dañar los componentes delicados del oído, especialmente el tímpano, una membrana extremadamente delgada.

También aumenta el riesgo de empujar la cera hacia el interior del oído y bloquearlo aún más. Esto puede aumentar el riesgo de sufrir tinnitus, un zumbido o pitido en los oídos.

Quitarte pelos de las pestañas

Arrancarse las pestañas repetidamente puede hacer que se debiliten, se vuelvan quebradizas o incluso se caigan. Y si encima lo haces con las manos o las uñas sucias, puedes provocar infecciones.

Algunos ejemplos son blefaritis, inflamación del párpado; conjuntivitis, la infección de la membrana transparente que recubre el párpado y el globo ocular; e incluso orzuelos, que son protuberancias dolorosas en el párpado causadas por glándulas infectadas.

Limpiarse las uñas con tarjetas

Es posible que, viendo algo de suciedad debajo de las uñas, recurramos a lo primero que encontremos para limpiarlas, como los bordes de una tarjeta de crédito o una licencia de conducir.

No solo podemos cortarnos, sino que corremos el riesgo de introducir bacterias en la zona, aumentando el riesgo de infección.

Agencias

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Investigación

¿Ser siempre puntual o siempre llegar tarde?

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Pueden revelar rasgos de personalidad, mecanismos de defensa o conflictos internos

Ciudad de México.- Detrás de un gesto tan cotidiano como llegar a la hora acordada puede esconderse mucho más de lo que parece. La psicología analiza la puntualidad no solo como un hábito socialmente valorado, sino como un reflejo de la manera en que cada persona gestiona el tiempo, las emociones y la relación con los demás.

Tanto quienes se adelantan de forma sistemática como quienes acostumbran a retrasarse transmiten mensajes inconscientes sobre su carácter y sus conflictos internos. Ser puntual en exceso puede ser un reflejo de autocontrol y responsabilidad, pero también de ansiedad o de una necesidad de tener todo bajo control. En el otro extremo, la impuntualidad crónica puede ser una forma encubierta de rebeldía, resentimiento o incluso un mecanismo de autoengaño.
Llegar temprano o tarde: las claves desde la psicología
Un artículo de la BBC recoge la visión de la experta en gestión del tiempo Diana DeLonzor, quien asegura que quienes se adelantan siempre a la hora marcada buscan reducir la incertidumbre: “planificar con antelación les permite sentirse preparados para cualquier eventualidad”.

El psicólogo Oliver Burkeman, también citado en el mismo medio, añade que esta costumbre puede vincularse al deseo de agradar a los demás o a la intolerancia hacia la impuntualidad ajena, que suele interpretarse como una falta de respeto. Ambos coinciden en que llegar demasiado pronto puede ser positivo en términos de organización, pero también puede esconder inseguridad y miedo al error.

Por el contrario, la psicóloga Julie Jarett Marcuse, en un artículo para Psychology Today, analiza el significado de la impuntualidad repetida. En uno de sus casos clínicos, explica cómo una paciente llegaba tarde como una forma de resistencia pasiva frente a la autoridad de su jefe: “Su protesta se manifestó en impuntualidades crónicas”. Marcuse sostiene que la tardanza es a menudo una expresión de resentimiento y una lucha de poder enmascarada, aunque al mismo tiempo puede ser fuente de ansiedad y miedo a perder la aprobación. Para ella, la puntualidad es una muestra de consideración hacia los demás y, cuando se incumple, revela conflictos internos más profundos.

En una línea similar, el psiquiatra Neel Burton expone Psychology Today que llegar tarde puede ser interpretado como un comportamiento pasivo-agresivo, un modo de expresar ira sin enfrentamiento directo.

En su opinión, también puede reflejar autoengaño: alguien que se siente inferior puede retrasarse para llamar la atención y demostrar control sobre una situación. Burton señala que, en ciertos casos, la tardanza se convierte en una declaración encubierta de “soy más importante que tú”. Sin embargo, matiza que no siempre es algo negativo: en ocasiones, llegar tarde es la señal de que el inconsciente intenta avisar de que esa reunión o compromiso no es la mejor inversión de tiempo.

Agencias

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Investigación

¿Quieres dejar el alcohol?

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Estos alimentos pueden ser tu mejor medicina

 Ciudad de México.- Durante años se nos ha repetido que una copa de vino al día podía ser “saludable”. Hoy la evidencia científica es clara: no existe una cantidad segura de alcohol, y sus efectos van mucho más allá del hígado. Desde aumentar el riesgo de cáncer hasta alterar hormonas, perjudicar a nuestra digestión, pero también a nuestra salud mental.
Y es que el alcohol puede estar frenando tu bienestar más de lo que imaginas. ¿La buena noticia? Cambiar tu relación con la comida y tu estilo de vida puede ayudarte a reducir (o incluso dejar) el consumo sin esfuerzo, según defiende Brooke Scheller, doctora en Nutrición Clínica y fundadora de Sobriedad funcional, un programa basado en nutrición para reducir el consumo de alcohol.
De hecho, esta experta recuerda que, según muchas guías de salud, entre 1 y 2 copas al día se considera un consumo de bajo riesgo; si bien advierte de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció en 2022 que no existe una cantidad segura de alcohol.
“En última instancia, se trata de una experiencia muy personal sobre qué significa demasiado.
Algunas personas no sienten impacto con niveles bajos de alcohol, mientras que quienes beben más cantidad pueden empezar a tener problemas de salud”, avisa esta experta en nutrición.
POR QUÉ HASTA UNA SOLA COPA PUEDE DAÑAR TU CUERPO
Recuerda en este sentido que el alcohol ha sido pasado por alto como causa de muchos problemas de salud en nuestra sociedad, aunque ya está reconocido como ‘carcinógeno’, y se sabe que aumenta el riesgo de 7 tipos diferentes de cáncer, incluso si su consumo tiene lugar en
bajas dosis.
“Pero, además, puede alterar todo el organismo: provoca inflamación, problemas cardiovasculares, digestivos, desequilibrios hormonales, infertilidad y más. A menudo se les dice a los pacientes: si tienes un problema de salud o un objetivo de bienestar, probablemente el alcohol te esté impidiendo alcanzarlo”.
CAMBIAR NUESTRA NUTRICIÓN PUEDE REDUCIR EL CONSUMO
En este sentido, Scheller cuenta su experiencia en ‘Cómo comer para cambiar tu forma de beber’ (Alienta Editorial), tras dejar de beber en 2021, momento en el que empezó a ayudar a otros a cambiar su relación con el alcohol usando como base la nutrición.y la medicina funcional.
“Muchas personas no se dan cuenta del papel que juega la nutrición en cómo nos sentimos.
Cuando nos faltan nutrientes, o tenemos desregulación de la glucosa en sangre, podemos sentirnos fatigados, deprimidos, ansiosos, irritables, o incapaces de relajarnos. Precisamente, por eso, usamos a menudo el alcohol: como una herramienta para sobrellevar el malestar. Si restauramos los niveles adecuados de nutrientes, regulamos la glucosa, mejoramos la microbiota intestinal, e incluso equilibramos las hormonas, la necesidad de recurrir al alcohol como apoyo disminuye notablemente”, agrega.
CONSEJOS PARA REDUCIR EL CONSUMO DE ALCOHOL
Con todo ello, esta doctora en Nutrición Clínica reconoce que puede ser un “gran desafío” el dejar o reducir el consumo de alcohol, si bien defiende que si se decide no beber “es una decisión que empodera”, especialmente si se deja este hábito mientras los demás sí lo hacen. “No es una debilidad, es una fortaleza”, añade.
Algunos consejos prácticos que recomienda en este sentido son los siguientes:
. Incluye proteína en cada comida y tentempié: ayuda a regular la glucosa y a minimizar los antojos.
. Si sientes deseo de beber por la tarde puede que simplemente tengas hambre, por lo que prueba con un snack proteico entre las 15 horas y las 17 horas.
. Incorpora alimentos que cuidan el cerebro y el estado de ánimo, como pescado salvaje, frutos rojos, nueces, semillas de chía, verduras de hoja verde, remolacha y brócoli, ya que ayudan a reponer los nutrientes que el alcohol agota.

Agencias

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Investigación

Qué significa hablar mientras estás dormido

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En el ámbito médico se le conoce como somniloquia y se clasifican dentro de las parasomnias, un grupo de comportamientos anómalos que suceden durante el sueño

Ciudad de México.- Hablar dormido no es algo tan inusual. Algunos estudios señalan que hasta dos tercios de la población lo han hecho como mínimo una vez en la vida. En el ámbito médico se le conoce como somniloquia y se clasifican dentro de las parasomnias, un grupo de comportamientos anómalos que suceden durante el sueño.

Se diferencia de otras parasomnias porque pueden darse tanto en el sueño REM como en el no REM, mientras que las demás se manifiestan en fases específicas del sueño. Indican que hablar en sueños es más común en la infancia y suele disminuir a medida que se crece, sin haber diferencias entre hombres y mujeres. Este trastorno del sueño puede darse de distintas maneras, según la Clínica Cleveland. Puede ser hablar en susurros, en volumen normal, gritar palabras completas o respuestas, pronunciar frases completas o mantener conversaciones o hablar de forma confusa con gruñidos.

Un estudio lingüístico decidió grabar a personas hablando dormidas. La mitad de ellas decían cosas que no se podían comprender al ser susurros o sonidos apagados, y la otra mitad sí que seguían pautas de una conversación normal. La gran mayoría de veces, estos episodios son breves y las personas no los recuerdan al despertarse.

Hablar en sueños no tiene por qué ser un motivo de preocupación aunque la ciencia no tiene una explicación para ello. Se ha asociado con un componente genético y a otros trastornos como el sonambulismo, el bruxismo o las pesadillas.
Otros factores que pueden generar hablar en sueños son la descompensación horaria, la privación del sueño, la apnea del sueño, la ansiedad y estrés o el abuso de alcohol y sustancias. No supone un peligro para la salud pero este ruido en mitad de la noche puede cortar el sueño y generar insomnio.

También puede molestar con la persona con la que se duerma, generando estrés. Puede ser tomado como un indicador de que se tiene un trastorno de sueño más complejo.

Agencias

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