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Ciencia

¿Qué tienen en común los cacahuetes y los chícharos?

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Ciudad de México.- A primera vista, los cacahuetes y los guisantes o chícharos no parecen tener mucho en común en nuestra gastronomía. Los cacahuetes suelen ser utilizados como aperitivo, al igual que otros frutos secos; mientras que los guisantes suelen utilizarse como ingrediente en platos tradicionales, como los típicos guisantes con jamón, o en la menestra de verduras por ejemplo.

Pero lo cierto es que, según advierte Maite Aguas Ayesa, dietista-nutricionista en la Clínica Universidad de Navarra, , ni los cacahuetes son frutos secos, ni los guisantes son verdura: “Si nos remontamos a su origen, ambos proceden de la familia de las leguminosas, es decir, que son legumbres ambas. Así pues, el cacahuete es la semilla comestible de la planta leguminosa Arachis hypogaea; mientras que los guisantes son las semillas de la planta Pisum sativum”.

Es más, si pensamos en legumbres, siempre nos vienen a la cabeza las lentejas, los garbanzos, las alubias pero, ¿qué más son legumbres y no sabemos, o no somos conscientes de ello? Esta experta nos cuenta que la familia de las leguminosas es muy diversa, por lo que existe más variabilidad de la que podemos pensar de inicio: “A las tradicionales lentejas, garbanzos, habas, y alubias, tenemos que sumar también los cacahuetes y los guisantes ya mencionados. Para completar el grupo de las leguminosas comestibles debemos incluir también la soja, los altramuces, y la algarroba”.

La soya, el tempeh y el miso 

En este sentido reconoce que la soya, de origen asiático, no se ha consumido tradicionalmente en España, si bien su consumo y el de sus derivados se ha popularizado en los últimos años. “Actualmente, el consumo de bebida de soya, de soya texturizada, y de otros derivados como el tempeh, o el miso cada vez es más habitual en nuestro entorno. Por su parte, los altramuces, son también un aperitivo habitual que se consume sobre todo en el sur de nuestro país. Por último, la algarroba, también menos conocida, suele consumirse en forma de harina, y es utilizada como sustituto del chocolate en la preparación de recetas dulces”, detalla Aguas Ayesa.

El poder de las legumbres

Con ello, esta dietista-nutricionista en la Clínica Universidad de Navarra remarca que el poder de las legumbres deriva sobre todo de su composición nutricional y de su alto valor nutritivo. “Son una fuente importante tanto de energía, como de nutrientes importantes para la salud. En general, aportan una cantidad significativa de hidratos de carbono complejos (55 gramos / 100 gramos), proteínas (20 gramos/ 100 gramos), y de fibra (15 gramos/ 100 gramos), junto con un aporte bajo de grasa”, sostiene.

No obstante, sí advierte de que, debido a la gran variedad de legumbres de las que disponemos, no todas ellas comparten la misma composición nutricional y algunas destacan por su aporte elevado en ciertos nutrientes: “Es así el caso de la soya, que destaca por ser más rica en proteínas y en grasas, pero más pobre en hidratos de carbono. O los cacahuetes, con un alto aporte en grasa en comparación con el resto de legumbres. De cualquier forma, todas ellas presentan una composición que las hace saludables y saciantes. Además, cabe destacar su gran versatilidad, ya que pueden ser utilizadas tanto como ingredientes principales, como en forma de aperitivos”.

Raciones semanales

Sin ninguna duda, sostiene esta experta, las legumbres deberían formar parte de la alimentación habitual de la población general. Y por eso, tal y como prosigue, las recomendaciones generales de alimentación saludable en la actualidad van orientadas a una alimentación basada en plantas, con alto consumo de alimentos de origen vegetal (frutas, verduras, frutos secos, semillas y legumbres), y hacia un consumo moderado, bajo, o nulo de alimentos de origen animal (carne, huevos, pescado y sus derivados).

En este contexto, apunta Maite Aguas que la frecuencia de consumo de las legumbres dependerá en gran medida de si se consumen o no estas fuentes de proteína de origen animal, pudiendo ir desde un consumo diario hasta un consumo de 3-4 días por semana.

¿Da igual que se consuman a la hora de comer que por la noche? Defiende esta experta de la Clínica Universidad de Navarra que las legumbres pueden consumirse en cualquier momento del día.

“Lo que sí hay que tener en consideración es que para algunas personas pueden ser más difíciles de digerir que otros alimentos y que, por la noche, una mala digestión puede empeorar el descanso nocturno”, avisa la dietista-nutricionista.

Por tanto, mantiene que, si este es tu caso, es oportuno tener en cuenta algunos aspectos para mejorar su digestibilidad sobre todo a la hora de consumirlas por la noche:

– Asegurar un tiempo suficiente entre su consumo y el momento de tumbarnos o de irnos a dormir.

– Asegurar un tiempo suficiente de remojo antes de su cocción, u optar por las legumbres ya cocidas, a las que eliminaremos el líquido de la conserva.

– Optar por preparaciones donde la legumbre esté machacada o triturada: hamburguesas, falafel, hummus, cremas, entre otros.

– Utilizarlas a modo de complemento, no como ingrediente principal, añadiéndolas por ejemplo a ensaladas.

– Optar por legumbres con menos cantidad de fibra, como la lenteja roja, ya que su digestión va a ser mejor.

Agencias

 

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Qué es lo mejor para la cruda

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Ciudad de México.– Los fines de semana y días previos a una fiesta son muchos los que se acercan a una oficina de farmacia en busca de un preparado, ahora de moda, frente a la temida resaca del día siguiente, que contienen ingredientes como plantas medicinales, vitaminas, y minerales para ayudar en la recuperación post fiesta.
Y es que, actualmente, en una farmacia puedes encontrar varios productos para ayudar a aliviar los síntomas de la resaca. Desde analgésicos, como el ibuprofeno o el ácido acetilsalicílico, hasta soluciones rehidratantes, y complementos alimenticios formulados para contrarrestar los efectos del alcohol.
Para saber un poco hasta qué punto este tipo de productos o soluciones pueden servirnos para nuestra resaca charlamos con Pablo García, un farmacéutico malagueño, que ha publicado ‘El frío no resfría’ de Grijalbo, así como divulgador en redes sociales conocido como ‘@medicadoo’.
Recuerda que una resaca tras un consumo excesivo de alcohol le sucede al 80% de la población al menos un día al año, enumerando sus principales síntomas:
– Malestar general y sensación de mareo.
– Cefalea o dolor de cabeza.
– Náuseas, malestar gastrointestinal y boca seca.
– Hiperexcitabilidad, ansiedad y sudores.
“La intensidad de los mismos dependerá de la cantidad y del tipo de alcohol que se haya bebido; aunque también de si se había comido algo previamente, de si aumentó la actividad física durante el consumo de alcohol, o el hecho de estar en buen o mal estado físico”, remarca.
UNA DE LAS RESPONSABLES DE LA RESACA: LA DESHIDRATACIÓN
A su vez, indica en el libro que la deshidratación es la principal responsable de estos síntomas, ya que provoca sed, cansancio, y dolor de cabeza principalmente: “Cuando ingerimos altos niveles del alcohol se reducen los niveles de vasopresina (una hormona antidiurética), lo que produce un aumento de la micción y la pérdida de agua”.
Igualmente, mantiene que no todos los alcoholes son iguales y que existen unos compuestos llamados ‘congéneres’, que se generan durante la fermentación y añejamiento del alcohol, y que son los responsables del sabor y del aroma, como el acetaldehído, el metanol, o el etilenglicol, que aparecen en las bebidas de color oscuro como el vino o el whisky. “Se sabe que a mayor proporción de estos, mayor es la resaca”, precisa.
LA VITAMINA B NO ES LO MEJOR PARA LA RESACA
Con ello, Pablo García rechaza uno de los principales mitos que ronda sobre las soluciones mágicas para la resaca, remarcando que “ninguna vitamina, ni siquiera del grupo B, te da superpoderes antirresaca, ni mejora la tolerancia al alcohol”.
“No es cierto, no tiene base ninguna. Viene de los protocolos de atención a las personas con comas etílico, o intoxicación aguda de alcohol, y es que entre los múltiples pasos que hay que seguir se incluye la administración de un suero glucosado con vitaminas del grupo B, concretamente la B1 y la B6”, subraya este farmacéutico.
Es más, advierte de que hoy en día hay muchos complementos frente a la resaca y sustancias que se ha investigado para mejorar la resaca, si bien insiste en que “no hay nada concluyente ni milagroso, sino que el único remedio es el consumo moderado de alcohol”.
Sí reconoce que puede venir bien en estos casos la hidratación, beber mucha agua, “pero no hay sustancias milagrosas”.
Agencias

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¿Qué es mejor para reducir el azúcar en sangre?

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Una prueba comparó sentadillas simples con sesiones de caminata de diferente duración para ver cuál reduce los picos de azúcar después de las comidas

Ciudad de México.- Seguro que lo has oído: pasar horas sentado es tan nocivo como fumar un cigarro diario. Muchas personas pasan la jornada encadenadas al escritorio, lo que dispara una serie de problemas de salud como los famosos picos de glucosa tras las comidas. Pero, ¿y si la clave para atajar esas subidas fuera más simple de lo que creemos, y encima pudiera integrarse en la rutina laboral sin sudar ni cambiarse de ropa? Pues la respuesta existe y termina con un debate muy común: ¿Es mejor hacer sentadillas o caminar para este fin?

Si te han dicho que necesitas controlar tus niveles de azúcar en sangre, el ejercicio, combinado con una dieta saludable, es uno de los mejores puntos de partida. Un nuevo estudio ha comparado los beneficios de las sentadillas con los de caminar, y los resultados podrían sorprenderte. Un candidato quizá inesperado. Vamos al grano: hacer tan solo diez sentadillas cada hora podría mejorar drásticamente la salud. Parece demasiado simple pero según los expertos, podría ser uno de los hábitos más poderosos que puedes desarrollar, especialmente si pasas la mayor parte del día sentado. Y no, no es mejor que caminar. Los investigadores contaron con 18 jóvenes a los que sometieron a cuatro pruebas físicas de un solo día que incluyeron estar sentados por un tiempo prolongado, un paseo de media hora, minicaminatas de tres minutos cada cuarenta y cinco minutos o diez sentadillas rápidas en el mismo horario. ¿Resultados? Las sentadillas y las minicaminatas rápidas redujeron drásticamente los picos de azúcar posprandial en un 21 %, en comparación con estar sentados sin parar. Parece que cuando se trata del control de la glucemia, la activación muscular y el ritmo parecen ser más importantes que la cantidad total de pasos o las sesiones de ejercicio prolongadas.

¿Y por qué destacan más las sentadillas?
La clave está en activar los músculos grandes: las sentadillas intensas reclutan cuádriceps y glúteos que es donde se encuentran las mayores reservas de glucógeno del cuerpo. Los investigadores hallaron que una mayor amplitud electromiográfica en estos músculos se traduce en menores subidas de glucosa, ya que cuantas más fibras se contraen, más azúcar extraen de la sangre. Al trabajarlos incluso en breves sesiones durante la jornada, se agotan sus reservas de glucógeno y, al reponerse con la insulina, se atenúan eficazmente los picos de azúcar tras las comidas.

“Solo un aumento de la aEMG -electromiografía de superficie del cuádriceps- en los cuádriceps y los glúteos se asoció con una reducción de la respuesta glucémica posprandial”, señalaron los autores en su trabajo publicado en la revista Scandinavian Journal of Medicine & Science in Sports. Un mayor número de fibras musculares comprimiéndose simultáneamente parece extraer el exceso de azúcar de la circulación; de ahí que dedicar parte del tiempo a movimientos intensos proporcione a los músculos un estímulo periódico sin necesidad de usar ropa deportiva.

Y por supuesto que las caminatas también son positivas (pero solo si son cortas y frecuentes, no largas y exclusivas). Pequeños paseos parecen despertar los músculos de las piernas repetidamente, manteniendo abiertas las vías de eliminación de azúcar durante todo el día, aunque las sentadillas se alzaron como claro ganador. Parece que el cuerpo valora más los esfuerzos frecuentes que un solo esfuerzo titánico, algo que coincide con estudios anteriores donde el movimiento cada hora reducía los picos de colesterol e insulina. Al realizar una sentadilla, activas los glúteos, cuádriceps, pantorrillas, isquiotibiales y la zona central del cuerpo. Añadir sentadillas al entrenamiento puede ayudarnos a mejorar no solo nuestro rendimiento, sino también a reducir el riesgo de lesiones y fortalecer nuestro organismo.

En resumen: haz 10 sentadillas cada 45 minutos y tu cuerpo lo agradecerá. La clave está en romper el sedentarismo con frecuencia y ejercitar los grandes grupos musculares -cuádriceps y glúteos- con suficiente intensidad como para notarlos en acción. Recuerda que 10 sentadillas profundas te pueden llevar aproximadamente 20 segundos y no requieren de ningún equipo. Si pones una alarma para que suene cada 45 minutos, podrás practicarlo hasta en la oficina.

Agencias

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Comer picante protegería el corazón y el cerebro

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Un estudio realizado en Sichuan, China, sugiere que comer alimentos picantes con frecuencia podría reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares

Ciudad de México.- Un estudio realizado en la provincia central china de Sichuan detectó una posible relación entre el consumo habitual de alimentos picantes y una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares.

La investigación, publicada recientemente en la revista Chinese Journal of Epidemiology, analizó durante 21 años datos de más de 50,000 habitantes del municipio de Pengzhou, en Sichuan, una provincia de China conocida por su gastronomía rica en chiles.

El equipo de investigación, compuesto por expertos del Colegio Médico de Chengdu, capital provincial, y varios centros de prevención de enfermedades de la región, partió de encuestas iniciadas en 2004 y evaluó factores como la frecuencia de consumo de guindilla, el grado de picante preferido, las formas habituales de consumo y la edad a la que se incorporó el picante de manera regular a la dieta.

Reducción en enfermedades del corazón y el cerebro
Según el estudio, las personas que consumen picante seis o siete veces por semana presentan un 11 % menos de riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares que quienes rara vez lo incluyen en su alimentación.

Los datos sugieren, además, una reducción del 14 % en la probabilidad de padecer cardiopatías isquémicas, un 12 % menos de riesgo de enfermedades cerebrovasculares y un 15 % inferior en el caso de ictus isquémicos.

En cuanto al nivel de picante, quienes prefieren un sabor moderadamente picante tendrían, según el análisis, un 14 % menos de probabilidad de desarrollar estas enfermedades, frente al 9 % de los aficionados al picante intenso y el 7 % de los que optan por sabores suaves.

No obstante, se observó que los beneficios aparecen independientemente de la forma en que se consuma la guindilla, ya sea fresca, seca, en aceite o en salsas.

El estudio coincide con estudios previos en el gigante asiático que destacaban el papel de la capsaicina, compuesto activo del picante, en la dilatación de los vasos sanguíneos y la reducción de la presión arterial.

Los investigadores puntualizaron que no se han identificado aún con certeza los mecanismos detrás de estas asociaciones, en parte por la falta de datos sobre cantidades exactas consumidas, frecuencia diaria o tolerancia individual al picante.

Agencias

 

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